Roberto Regal

Don’t stop me now!, que llega el mes de agosto

Capitalismo, globalización, dinero, quiero más… If you can make it here, you can make it anywhere. Porque en eso consiste la vida ¿no?: romper los límites, arriesgar, luchar, sobrevivir a la mediocridad, al populismo, al qué dirán, al qué diré, postear más y más, viajar más y más, probar siempre cosas nuevas, sitios nuevos, gente nueva, consumir, gastar y volver a empezar.

Desde el 31 de diciembre de 2021, en el que pusimos el listón del año 2022, hasta hoy, ha pasado más de medio año en el que hemos convivido con éxitos y fracasos y, sin duda alguna, con mucho (pero mucho) tiempo invertido de cara al exterior.

Llega el verano y no podemos bajar la velocidad ¡a toda máquina! Dicen que será el último verano así que ¿cómo podemos parar ahora? Los medios de comunicación y «los expertos» vaticinan que la peor crisis económica está por llegar: la inflación, las guerras, el gas, la luz, la gasolina, el crudo invierno europeo, la paridad del euro y el dólar.

Así que, en las dos semanas de vacaciones lo mejor que podemos hacer es cenar como romanos cada noche en los mejores restaurantes, viajar alto, caro y al galope, broncearnos cual Donatella, beber hasta perder el control, vomitar y volver a empezar. 

Ante todo, ni se te ocurra parar. Parar es la muerte, el fracaso, la desidia por la vida. Parar nos da vértigo, nos acelera el corazón, nos asusta, nos disgusta, nos debilita y nos vuelve indefensos.

¿Y si fuera al revés?

Dicen que cuando te sabes todas las respuestas llega el universo y te cambia todas las preguntas. Seguro que también has escuchado lo de: “si buscas resultados diferentes, haz cosas diferentes”. ¿Y si, en una especie de epifanía, nos dijeran que, al parar, no pasa nada en el exterior? Todo se mantiene ceteris paribus y, sin embargo, en nuestro interior se apagan las tempestades, florecen los prados, se calman las aguas y en esta quietud, en este estado de conexión, de repente un día ocurre la magia. 

Nos reconectamos, florecemos y crecemos como nunca hubiésemos imaginado. Encontramos la paz mental y somos felices. No necesitamos ni nada ni a nadie porque, cual Pangea, somos uno.

Y ¿quién soy yo para decir lo que tienes que hacer? Si ni yo mismo me hago caso muchas veces. 

Este mes de agosto, nos podríamos permitir parar, leer, descansar, hacer deporte al aire libre, practicar yoga, meditar o, simplemente, no hacer nada ya que no hacer nada puede que lo cambie todo.

Solo te puedo decir, que a veces estoy ahí y que, cuándo estoy ahí, entonces sí puedo cantar:


I feel alive
And the world I’ll turn it inside out, yeah

So, (don’t stop me now)
(Don’t stop me)


‘Cause I’m having a good time, having a good time

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